Los ríos europeos tienen unas características muy distintas unos de otros, dependiendo del relieve y del clima.
Además de ríos, en Europa encontramos un buen número de lagos y dos mares interiores, el mar Negro y el mar Caspio.
Ríos de la vertiente atlántica
Los ríos que desembocan en el océano Atlántico son caudalosos y regulares. Destacan el Vístula, el Rin, el Elba, el Sena, el Loira, el Duero y el Tajo.
El río Sena, en París |
Ríos de la vertiente mediterránea
Los ríos de la vertiente mediterránea son cortos e irregulares. Destacan el Ebro, el Ródano y el Po.
El río Ebro, en Zaragoza |
Ríos que desembocan en los mares interiores
En los mares interiores de Europa desembocan ríos largos, caudalosos y navegables.
- En el mar Negro desembocan el Danubio, el Dniéster, el Dniéper y el Don.
- En el mar Caspio desembocan el Volga y el Ural.
El río más caudaloso del continente es el Danubio y el más largo es el Volga.