Sabemos
cómo se alimentaban en el pasado gracias a los restos de distintos tipos que se
han encontrado: vasijas, barcos hundidos, etc.
En la actualidad, la congelación, el
enlatado y otras técnicas de conservación de alimentos hacen posible que la
comida se pueda guardar durante mucho más tiempo y sea transportada mucho más
lejos que en la antigüedad.
Conservación de los alimentos en la
Prehistoria
En el Paleolítico, los primeros
cazadores consumían los alimentos justo después de cazarlos. Surgió la
desecación debido a la necesidad humana de guardar esos alimentos, esta
técnica utiliza el aire y el sol para secarlos y aún se practica en la
actualidad.
A finales del Paleolítico se creó
la primera vasija de barro, es el primer envase para la conservación de comida
y bebida de la Historia.
En el Neolítico apareció la
agricultura y la ganadería. En esta época se emplearon cuevas y fosas excavadas
en el suelo para guardar y proteger los productos que habían cosechado.
Conservación de alimentos en la Edad
Antigua
En la Edad Antigua surgen las primeras técnicas de salazón y
ahumado.
Los griegos crearon también dos
formas de conservación de frutas, una con cera virgen y otra con miel.
En la época de la civilización
romana, sin contar con los avances tecnológicos de hoy en día, crearon y
utilizaron varios métodos de conservación que les permitía prolongar la
duración de los alimentos.
La salazón era la técnica más utilizada
por los antiguos. La sal era un producto a su alcance y dificulta el
crecimiento de las bacterias que estropean la comida. Se utilizaba
principalmente con las carnes y pescados. Antes de consumir los alimentos deben
ser desalados, por lo que los dejaban en remojo.
Utilizaron
también la conservación en vinagre, creado por la fermentación del vino, se
podía utilizar sólo o acompañado de mostaza, sal y miel.
Para el ahumado ponían el alimento en contacto con
el humo y así adquiría un sabor diferente. Para ello se utilizaban ahumaderos
especiales. Lo empleaban para carnes y pescados.
La salmuera
consistía en sumergir un producto en agua con sal y otros condimentos y se empleaba
para las carnes, pescados, legumbres y aceitunas.
Conservaban en
aceite de oliva las legumbres, el queso y, acompañados con vinagre, los pescados.
También utilizaron la miel, con la que se
cubría el alimento y se dejaba secar posteriormente. Este proceso se realizaba,
principalmente, en invierno y para las carnes y frutas. Era importante que las
piezas conservadas en miel no se rozaran entre ellas.
Al igual que en
la Prehistoria, secaban algunos productos al aire, esta técnica permitía eliminar
el agua del producto, conservarlo a temperatura ambiente y utilizarlo con
facilidad. Se empleaba para las frutas, principalmente.
Los romanos conservaban algunos alimentos
y bebidas como el vino y el aceite durante años, guardándolo en unas vasijas llamadas ánforas, que cerraban
herméticamente.
El descubrimiento del azúcar llegó a Europa en el siglo IV y se empezó a utilizar también para la conservación de frutas.
El descubrimiento del azúcar llegó a Europa en el siglo IV y se empezó a utilizar también para la conservación de frutas.
Transporte
Las antiguas civilizaciones que poblaron los países cercanos al Mediterráneo utilizaron el transporte marítimo para llevar productos de un lugar a otro. Entre esos productos transportaron los alimentos que se cultivaban y elaboraban en unas zonas hasta los lugares en los que eran necesarios. Los griegos, fenicios, cartagineses y romanos fueron grandes navegantes y comerciantes. Hicieron llegar gran variedad de alimentos a todos sus territorios.